4 escritores de literatura infantil

4 escritores de literatura infantil

Cuatro semanas hablando de literatura infantil. Empezamos con una entrevista a Roberto Santiago, hemos aprendido a pensar con el Principito y Santigo García Clairac nos ha hablado de la importancia de esta literatura: la infantil.

Hoy, cedo la palabra a cuatro escritores de la literatura infantil y juvenil. Luis Compés, presidente de la Asociación de Escritores de Madrid; César Mallorquí, periodista y escritor de novela juvenil ganador del Premio Cervantes Chico y los escritores Mavi Pastor y Abel Amutxategi.

Ellos nos van a aportar su visión, su experiencia y conocimiento sobre la literatura destinada a los más pequeños: la primera literatura, el primer contacto con la lectura. Así opinan sobre las tres cuestiones que les he propuesto.

Para escribir literatura infantil/juvenil es necesario…

Luis Compés en su librería Notting Hill en Alcalá de Henares.

Luis Compés: Vivir la experiencia desde el mundo de la fantasía e imaginación. Resulta indispensable ponerse en la posición de los niños; ser como ellos durante el proceso de creación. Dicho proceso debe ser juego, experimentación, sorpresa continua y asombro. No se debe escribir literatura infantil desde el prisma del adulto, hay que sumergirse en el cerebro y las emociones del público al que va dirigido el texto. De lo contrario, no se conectará con la sensibilidad de los interesados y el resultado será de rechazo: — ¡Qué rollo! — dirán. En cambio, si perciben que la lectura es de igual a igual, de los personajes a los lectores como hechos creíbles, ciertos y que ellos lo pueden vivir del mismo modo, se entregarán a esa lectura con pasión y fidelidad.

César Mallorquí: En primer lugar, lo mismo que se necesita para escribir cualquier clase de literatura: saber narrar y saber diseñar personajes interesantes. En segundo lugar, tener mucha imaginación. Por último, y muy importante, mantener vivo al niño interior.

Las personas somos como cebollas, que crecemos a capas en torno a un núcleo interno. Ese núcleo es el niño que fuimos y, a veces, las capas que se acumulan a su alrededor lo asfixian, lo silencian y finalmente lo matan. Las personas a las que les sucede eso suelen ser tristes, aburridas y con frecuencia infelices. Para mantener vivo a ese niño, hay que alimentarlo durante toda la vida, dejarle respirar y charlar frecuentemente con él. Sin mi niño interior yo no sería escritor.

Mavi Pastor: Conocer bien a los niños. Si escribes sin conocer a tu público, corres el riesgo de no conectar con ellos. Los niños son un público generalmente infravalorado, que sabe bien lo que le interesa y lo que no y al que puedes hablar de tú a tú. 

Abel Amutxategi: Es necesario considerar al niño como un lector con criterio propio.

En la literatura infantil hispana hay una separación preocupante entre lo que los niños piden leer y lo que a los niños se les ofrece. Y es curioso, porque cada actor tiene una postura completamente diferente en este tema: mientras los colegios se decantan por lo que ellos creen que son libros con mensaje, las grandes editoriales tratan a los niños como a unos proto-clientes que no manejan más de cincuenta palabras y que necesitan que todo esté lleno de muchas exclamaciones y mayúsculas.

Supongo que la mayoría de pequeños lectores están en algún punto entre esos dos extremos.

Y supongo que siguen buscando que alguien simplemente les cuente una buena historia. Tenga una moraleja edificante o no, tenga exclamaciones o no.

¿Por qué es esencial la literatura infantil?

Luis Compés: Toda la literatura forma parte de la cultura de épocas pasadas, presentes e incluso futuras. El aprendizaje, la formación de la capacidad intelectual y cognitiva de los niños se engrandece con la lectura de libros. Textos que les transporten a otras dimensiones temporales y espaciales. El cerebro amplía todas sus actividades: emociones, sentimientos, fantasías, recreación de personajes y lugares. La literatura infantil crea en los niños unos cimientos que perduran el resto de la vida; consciente o inconscientemente el adulto basa muchas de sus aptitudes en los conocimientos adquiridos muchos años atrás. Y la lectura es una de las armas más poderosas para consolidar dichos cimientos.

César Mallorquí.

César Mallorquí: Nuestro cerebro está programado para el lenguaje oral; prueba de ello es que de niños aprendemos a hablar simplemente oyendo a los demás. Pero no está programado para el lenguaje escrito, y por eso nos tienen que enseñar a leer. Al principio, la lectura supone un esfuerzo, de modo que hay que darles a los niños muy buenos motivos para leer. Eso se consigue proporcionándoles textos especialmente dirigidos a ellos.

El objetivo de la literatura infantil y juvenil es demostrarles a esos lectores incipientes que la lectura es tan apasionante o más que el resto de los entretenimientos que tienen a su alcance. César Mallorquí. Clic para tuitear

En general, el hábito de la lectura se forja en la infancia y adolescencia, y luego ya se mantiene toda la vida. El objetivo, por tanto, de la literatura infantil y juvenil es demostrarles a esos lectores incipientes que la lectura es tan apasionante o más que el resto de los entretenimientos que tienen a su alcance. Es decir, el propósito de la LIJ es crear lectores, personas que piensan.

Mavi Pastor: La literatura infantil es esencial porque el ser humano, desde tiempos inmemoriales ha transmitido sus conocimientos a modo de historias. Primero fueron orales, y estas aún continúan. Ahora también las encontramos escritas para que cada historia, con las mismas palabras, se pueda contar una y otra vez. 

Habrá quienes digan que la literatura infantil es importante para crear adultos lectores. Sin embargo, yo discrepo, pues la literatura infantil es importante per se. La literatura infantil es esencial como medio de compartir historias que lleguen a nuestras personitas y así trato de transmitirlo en mi blog

Abel Amutxategi.

Abel Amutxategi: Es difícil que alguien se convierta en un buen lector adulto sin haber tenido una buena experiencia como lector infantil. Pero, sinceramente, creo que el valor de la literatura infantil va mucho más allá de eso. En un mundo en el que la mayoría de lectores adultos reniegan de la literatura fantástica, la literatura infantil es ese reducto en el que aún puede suceder cualquier cosa. Es el país en el que somos libres. El lugar en el que aprendemos que a los dragones se les puede vencer, como decía Chesterton, pero en el que también aprendemos que todos los dragones dejan alguna herida.

La literatura infantil es también un gran modo de hablar con los niños sobre esos grandes temas que muchas veces escribimos con mayúsculas. En La increíble historia de Mara y el sol que cayó del cielo, por ejemplo, cuento la historia de una niña que debe partir en busca del sol para recuperar a su familia desaparecida. Es una historia que habla sobre la amistad, la familia, y sobre cómo alguien muy pequeño puede ser capaz de iluminar la mayor de las oscuridades. El libro ha sido una excusa para hablar con los niños sobre sus miedos y sobre lo que significa la familia para ellos. Y, por lo que me han comentado, a bastantes de ellos les ha ayudado a superar algún que otro miedo.

¿Cómo es la experiencia de tratar con los lectores más jóvenes?

Luis Compés: Generalizar esta respuesta tiene sus riesgos. Está claro que la mayoría de niños que conectan con el autor de literatura infantil producen grandes experiencias, dan muchas alegrías y satisfacciones, y se convierten en grandes amigos y admiradores. Es muy satisfactorio escribir y transmitir el trabajo literario a los niños.

También es un público complicado, muy exigente, que va a decir la verdad, sin tapujos acerca de lo que le inspira un libro infantil. No valen con ellos engaños, falsa simpatía, palabras embaucadoras… ¡No!

Tienen mucho criterio, saben lo que les gusta y lo que no, no desean ser invadidos ni convencidos de adquirir algo que no les agrada totalmente. Les gusta ser tratados con el mismo respeto, tono de voz y cortesía que a los adultos.

Luego existen casos de timidez extrema, dificultades para socializar, necesidad de llamar la atención, etc… con lo que el autor de literatura infantil tendrá que trabajar para ser, a la vez, psicólogo y buscar el resquicio que permiten esos niños para llegar a conectar.

César Mallorquí: Nunca he leído con tanta intensidad, nunca he vivido tanto los libros, como cuando era niño. En ese sentido, los niños y adolescentes son los mejores lectores del mundo. Y los más sinceros. Tratar con ellos es de lo más refrescante.

Los niños y niñas son los lectores más agradecidos que hay. @mavipastor. Clic para tuitear
Mavi Pastor.

Mavi Pastor: Los niños y niñas son los lectores más agradecidos que hay. Cuando leen mi cuento y me conocen como autora, me miran como si tuvieran enfrente una superheroína. Cuando realizo talleres y cuento Cocinando con Papá, me encanta ver cómo conectan con la historia, y el ambiente de atención plena y calma llena el espacio. Los padres se quedan boquiabiertos de ver a los pequeños tan concentrados. 

Los niños son el mejor público del mundo. Son el público más sincero y más espontáneo. @AbelAmutxategi. Clic para tuitear

Abel Amutxategi: Los niños son el mejor público del mundo. Son el público más sincero y más espontáneo. Pero, además de eso, son los lectores que se toman más en serio su trabajo de lector. Cada vez que le he pedido su opinión a un niño, se ha tomado su tiempo en contestar y se ha encargado de encontrarle a mi historia también algún pero que tal vez me resulte útil conocer. Por eso contesto siempre-siempre-siempre a todos los correos que me mandan y por eso trato de atenderlos del modo más cercano posible cada vez que presento un libro o visito algún colegio. Porque, a cambio de algo tan pequeño como una simple historia, ellos son tan generosos que siempre te ofrecen un cachito de sí mismos.

Gracias a los cuatro por vuestra participación en el blog. Con vosotros cierro este repaso por la literatura infantil y juvenil.

Ha sido un placer leer vuestro punto de vista y conocer de primera mano la opinión y experiencia de quienes formáis parte de los principios literarios de los más pequeños. Si aficionar a los niños a la lectura es difícil, mantenerlos en este mundo durante esa edad por la que hay que pasar pagando peaje, la adolescencia, es un gran mérito. Por eso, felicidades a los cuatro por vuestro trabajo.

Tú, mi querido lector, tienes a lo largo de cuatro artículos un gran abanico de opciones literarias y escritores para volver a ser niño; para reconciliarte con la lectura; ideas para invitar a tus hijos, sobrinos o vecinos a formar parte de este fabuloso club, el de la lectura.

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