Las bromas de Alfonso XIII

Las bromas de Alfonso XIII

En nuestro paseo por la historia de esta semana, viajamos al reinado del último Borbón antes de la Democracia para conocer el gusto por las bromas de Alfonso XIII.

Este Borbón tenía fama de ser un monarca afable y con un gran sentido del humor, pero a veces sus bromas cruzaban la línea de lo que se consideraría adecuado para un jefe de Estado. Le gustaba hacer chanzas tanto en la intimidad del Palacio Real como en eventos públicos. Sorprendía así a ministros, diplomáticos e incluso a su propia familia con sus ocurrencias. 

Pero ¿cuáles eran las bromas de Alfonso XIII?

1. Las bromas telefónicas 

Uno de sus pasatiempos favoritos era hacer llamadas anónimas a altos funcionarios, cortesanos e incluso a ciudadanos corrientes. Se dice que en más de una ocasión telefoneó a algún ministro haciéndose pasar por un simple ciudadano y planteándole peticiones absurdas o quejas extravagantes. En una ocasión, llamó a un militar fingiendo ser un subordinado y le ordenó realizar maniobras que no tenían ningún sentido. 

También solía telefonear a hoteles y restaurantes haciéndose pasar por otra persona y reservando mesas para grupos inexistentes, solo para ver cómo reaccionaban los encargados. 

2. Los petardos y los sobres explosivos 

Otra de sus aficiones era asustar a sus invitados con petardos. En las fiestas que organizaba en palacio, escondía pequeños artefactos ruidosos debajo de las sillas o en los pasillos para hacer saltar a sus cortesanos del susto. Incluso llegó a enviar sobres con pequeñas cargas explosivas a algunos de sus conocidos, que al abrirlos soltaban un estruendo inofensivo. 

3. Las bromas a su esposa, Victoria Eugenia

Su esposa, la reina Victoria Eugenia de Battenberg, también fue víctima de sus bufonadas. Además de todas las infidelidades, tuvo que sufrir sus chistes. En una ocasión, cuando ella se estaba preparando para un acto oficial, le lanzó una serpiente de juguete a los pies. La reina, que tenía pánico a los reptiles, gritó aterrorizada mientras él reía divertido. 

4. Las bromas en el ámbito militar

Incluso en el Ejército, donde el protocolo era estricto, Alfonso XIII no podía evitar hacer travesuras. En una ocasión, ordenó a un grupo de soldados formar en el patio del cuartel y, cuando estaban alineados en perfecta posición, les pidió que dieran media vuelta para descubrir que habían sido colocados de espaldas a él. 

¿Cuáles eran las consecuencias de sus bromas?

Aunque muchos cortesanos y amigos cercanos se las tomaban con humor, algunos de sus ministros y colaboradores no veían con buenos ojos estas actitudes.

A medida que la situación política en España se volvía más tensa, las bromas de Alfonso XIII se veían como una muestra de su falta de seriedad en momentos cruciales para el país. 

Las bromas de Alfonso XIII son anécdotas, pero no todas están documentadas de manera rigurosa. Algunas las han contado personas cercanas a él, otras pueden ser exageradas o incluso inventadas con el tiempo. 

Lo que sí sabemos con certeza es que Alfonso III le gustaban las bromas. 

Las llamadas telefónicas, por ejemplo, tienen cierta base histórica. Alfonso XIII fue un gran aficionado al teléfono y es probable que lo usara para gastar bromas, aunque no hay registros específicos de incidentes concretos. 

Los petardos en palacio aparecen mencionados en algunas biografías, pero sin pruebas definitivas. 

Y las bromas a su esposa Victoria Eugenia son rumores sin evidencia clara. Se sabe que su relación fue complicada, en parte por la hemofilia que heredaron sus hijos, pero no hay documentos que respalden historias como la de la serpiente de juguete. 

Si algo hay que poner en tela de juicio es lo relativo a las cartas explosivas y las bromas militares que parecen exageraciones o invenciones. En el ámbito castrense, el protocolo era muy rígido, y es poco probable que un monarca realizara este tipo de burlas, aunque viniendo de Alfonso XIII, todo es posible.

Finalmente, lo de reservar mesas falsas en restaurantes es un chisme sin respaldo histórico, además de un juego bastante infantil.

En resumen, que el rey tenía sentido del humor era una obviedad. Las bromas de Alfonso XIII son historias que quizá se han adornado o inventado con el tiempo.

No olvides suscribirte para recibir cada viernes un nuevo artículo en tu correo. También recuerda que puedes ver el videopódcast en YouTube o Spotify.

Formulario de inscripción
Loading

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies