Adiós, números romanos

Adiós, números romanos

Adiós, números romanos. Al parecer pronto llegará la despedida. Yo me siento una afortunada por haberos conocido, pero siento pena de las generaciones futuras que nunca llegarán a saber de vosotros.

La tendencia por simplificar el conocimiento está llegando a un punto de no retorno. Vamos a crear auténticos analfabetos. Y es que cuanto más tontos y menos cultivados sean los hombres del futuro más y mejor se les podrá manejar.

Ahora, toca decir adiós a los números romanos del proyecto curricular. ¿En serio? Comprendo que hay partes de la historia obviables para los niños. Por ejemplo, la larga lista de reyes Godos que estudiaban antaño, salvo una cultura general que está desapareciendo poco a poco nada aportaban. Pero ¿los números romanos? Me encantaría tomarme este café del viernes con la persona que ha decidido que ya no se estudiarán, esa que considera que no son necesarios y que las dos o tres hojas del libro de matemáticas que le dedicaban se arrancarán. ¡Zas! Hacemos una bola de papel con ellas y las encestamos desde nuestro escritorio a la papelera. Habrá quien falle y no enceste, quien se cuente un par de puntos y hasta quien consiga un triple.

Necesito una explicación coherente, pero soy consciente de que esto es imposible, pues la coherencia tampoco abunda y las explicaciones se consideran innecesarias.

Claro que yo soy muy preguntona. A veces hasta puedo llegar a ser insolente, incluso saco los pies del tiesto al cuestionar, preguntar o pedir explicaciones porque no me creo todo lo que oigo o leo y pongo en tela de juicio muchas cosas, casi todas. Tengo un gran defecto: leo mucho. Leo a gente de diferente ideología, leo lo que me gusta y también lo que acrecenta mi miopía. Vamos, soy una persona molesta para la línea general, lo bueno es que no me leen y tampoco me pueden censurar. Es la ventaja de escribir para una minoría.

Entre las muchas preguntas que me planteo, hay una que me quema en la cabeza. Si los números romanos ya no se van a estudiar, ¿cómo llamarán los niños, por ejemplo, a Juan XXIII? Bueno eso es un problema menor, porque es un papa que tampoco se estudiará salvo en las clases de religión, que también son para una minoría.

Y ¿cómo darán su dirección quienes vivan en el Paseo Alfonso XIII? Bueno, una opción es hacer lo que tanto nos gusta: cambiar el nombre de la calle, que eso nos encanta. Puedes leer este artículo sobre el nombre del callejero español según la historia.

Otra solución que se me ocurre es cambiar la norma y poner el número arábigo. Listo, solucionado el problema.

Espera, tengo otra pregunta, ¿cómo llamaremos a nuestro rey Felipe VI? Felipe “vi”, que por otro lado nos da juego de palabras. No, pasaremos de Felipe V a Felipe 6 o peor aún Felipe 6º.

Me preocupan también los monumentos de las ciudades en los que aparece el año de construcción en números romanos. Creo que me preocupan muchas cosas.

Pero como decía, me gusta mucho leer y supongo que esto responde a una globalización. Salvo en países latinos que son cuatro o cinco (por favor, entiéndase la ironía), nadie conoce estos números, así que seguiremos la moda de otros países como Francia que ya los ha eliminado en beneficio del turista. Tampoco es que lo entienda, porque no creo que ningún extranjero vaya a dejar de visitar el Louvre porque aparezcan los siglos en romano. Tampoco dejará de visitar Cartagena porque una de las calles más conocidas sea el Paseo Alfonso XIII.

Por suerte, existen los smartwatch, porque ni un niño del futuro próximo sabría dar la hora mirando un reloj de los de siempre. ¡No! otra pregunta me asalta. ¿Sabrán tomarse las uvas cada 31 de diciembre mirando el reloj de la Puerta del Sol?

Reloj de la Puerta del Sol, Madrid.

Adiós, números romanos. No creo que os podáis salvar de la hoguera.

Sin lugar a dudas, esto es una batalla más contra nuestra historia. Pero esta es mi opinión.

¿Cuál es la tuya? Te leo en los comentarios.

Recuerda suscribirte para recibir cada semana un nuevo artículo en tu correo y poder tomarte con la comunidad lectora el café de los viernes.

Formulario de inscripción
Loading

Si quieres leer alguno de mis libros puedes adquirirlos por Amazon, en la editorial Esstudio Ediciones o en tu librería habitual. Si lo prefieres dedicado, escríbeme a info@martinezsonia.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies