Cerdos, huchas medievales

Cerdos, huchas medievales

El paseo por la historia de esta semana nos lleva hasta la Edad Media para hablar de cerdos, huchas medievales. Y es que, en la época, eran unos animales cuya relevancia resultaba absoluta. Si el rey de la selva es el león, el rey de la granja es el cerdo. Podemos decir que en el medievo nace la hucha con forma de cerdito.

¿Imaginabas conservar una costumbre de la época de los Reyes Católicos en pleno siglo XXI? Dame la mano que viajamos en el tiempo para descubrir por qué los cerdos son las huchas medievales. Para los que sois más de podcast, por aquí dejo los enlaces a YouTube y Spotify, pero lo tenéis en todas las plataformas. Recuerda, el programa se llama Historia en B/N.

Si eres una persona curiosa, alguna vez te habrás preguntado el origen de estas huchas, por qué tienen forma de cerdo y no de oso o de gato, por ejemplo. Bien, pues hay una explicación más curiosa de lo que imaginas. Y es que los cerdos (los animales, entiéndeme) siempre han sido sinónimo de prosperidad, de abundancia.

Por ejemplo, en Alemania el cerdo es un símbolo de buena suerte, por eso, en Año Nuevo se cena su carne y también se regalan figuritas con su forma para desear suerte.

Por otro lado, en China, y esta creencia ya es más antigua, indica buena fortuna y felicidad. Cuanto más gordo es el animal, mayor suerte y riqueza trae.

Seguro que habrás escuchado o dicho en algún momento de tu vida: «del cerdo, ¡hasta los andares!».

Y es que de este animal se aprovecha absolutamente todo, de modo que, en una época complicada, tener un cerdo era una garantía. De ahí que muchas familias, las que podían, claro, criaran al menos un cerdo que les asegurara la comida durante un año en caso de necesidad por guerras o malas cosechas. O, en su defecto, también lo podían vender. Sin duda, se trataba de un símbolo de ahorro o reserva para el futuro.

Es importante tener en cuenta que, durante la Edad Media, sólo las clases adineradas comían carne, pues se trataba de un lujo. La dieta del resto de la población era el cereal, la fruta y la verdura fundamentalmente. Por eso, poseer un cerdo sería lo mismo que hoy tener ahorros en el banco.

Con todo esto presente, el oficio del porquero era tan apreciado como respetado. En tan alta consideración se les tenía que existía el magister porcarius (el maestro porquero), que estaba al mismo nivel del maestro artesano.

Además de esta explicación lógica, existe otra por la que entendemos que las primeras huchas tienen forma de cerdito y que está más en sintonía con la lengua que con la historia.

Verás, durante el siglo XV, en Inglaterra, se empleaba un tipo de arcilla anaranjada denominada ‘pygg’, una palabra que sonaba y se escribía de manera muy similar a ‘pig’ (cerdo). En jarras hechas con esta arcilla era habitual que la gente guardara en las casas algo de dinero o también utensilios de cocina. Eran las ‘pygg jar’ que evolucionaron hasta dar lugar al cerdito. Además, el color de la arcilla se asemejaba a la piel del animalillo.

De ese juego de palabras y del significado simbólico del porcino nacen los cerdos, huchas medievales.

Un último apunte. En la Edad Media, cada 11 de noviembre coincidiendo con San Martín, tenían lugar las matanzas de los cerdos previamente cebados para tener carne durante todo el invierno. De ahí el refrán «a cada cerdo le llega su San Martín».

Espero no haberte creado la necesidad de tener un cerdito en casa. Ahora sabes por qué los cerdos son las huchas medievales. Sí que te deseo mucha felicidad con o sin la curiosa mascota.

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