El gato de la II Guerra Mundial

El gato de la II Guerra Mundial

Estamos acostumbrados que al hablar de las guerras los datos estén referidos a los bandos, alianzas, cifras de muertos, tierras ganadas o perdidas y demás información que, por supuesto, se aleja de lo anecdótico. Pero ¿puede haber algo anecdótico en una guerra? Seguro que te estás preguntando algo así. Normal. Te invito a tomarte un café conmigo mientras te lo cuento. Hablamos del gato de la II Guerra Mundial. Una vez más, tú decides si continúas leyendo o prefieres escuchar el podcast que lo tienes disponible en todas las plataformas; yo te dejo por aquí los enlaces a YouTube y Spotify.

Teniendo en cuenta que a estas alturas todos conocemos las causas y también las consecuencias de esta contienda, hoy quiero centrarme en la anécdota, en una historia amable que no es muy conocida ni se cuenta en los libros. ¿Tan importante es como para dedicarle un artículo? La verdad es que no, pero es interesante, al menos, curiosa o ¿sabías la historia del gato de la II Guerra Mundial? Quédate unos minutos más que te gustará, te lo prometo; sobre todo, si eres amante de los felinos.

Dicen que los gatos cuentan con siete vidas y, en el caso del michi que hoy nos ocupa, parece que esto es cierto. Al menos, el gato Sam gastó tres durante la guerra participando de forma activa en ella.

Vamos a conocer la historia del gato de la II Guerra Mundial.

La hazaña de Sam comienza en el año 1941 cuando se embarca en el acorazado alemán Bismarck. En ese momento se desconocía su nombre. Poco tiempo navegó aquí, porque los aliados lo hundieron ese mismo año días después de la primera batalla. De los 2200 tripulantes, sólo sobrevivieron 118 contando al gato al que encontraron cuando buscaban posibles vidas humanas. Entre los restos del barco que flotaban ahí estaba él, sobre un trozo de madera. La tripulación del HMS Cossack, la nave encargada de la búsqueda de supervivientes, lo rescató y lo adoptó como mascota.

Comienza su segunda vida bautizado ahora ya como Oskar.

En este navío vivió durante unos meses porque el torpedo de un submarino alemán lo hundió. ¿Qué pasó con Oskar? Que nuevamente sobrevive al naufragio. Este ataque se produce cerca de la costa de Gibraltar. Y, en esta ocasión, fue el destructor HMS Legion el responsable de recuperar a los supervivientes y acercarlos a la costa. Una vez allí, el gato, junto al resto de tripulación rescatada, pasa a su tercera casa flotante, el portaaviones HMS Ark Royal, donde lo bautizan ya como Sam. Sin embargo, no pasó ni un mes cuando esta nave también era atacada y hundida.

Entonces, los marineros empezaron a sospechar del mal fario del lindo gatito, ya que a cada navío que embarcaba, éste terminaba hundido al poco tiempo. Motivo por el que decidieron que había llegado el momento de jubilar al tripulante gatuno. En tierra firme estaría mejor él y también los tripulantes.

Estas tres vidas lo llevaron a ganarse el sobrenombre de «El Insumergible».

Y ¿qué pasó con él?

A Sam lo enviaron a las oficinas del gobernador británico en Gibraltar desde donde pasó a su destino final: la casa de un marinero en el muelle de Belfast donde murió en 1955.

Si quieres ver al gato de la II Guerra Mundial, puedes hacerlo en el Museo Marítimo Nacional de Greenwich en Londres donde hay un retrato suyo.

¿Leyenda o realidad? Tú eliges la opción que más te guste.

Era habitual que en los barcos viajaran felinos para luchar contra las plagas de ratones que encontraban en las bodegas de los barcos el lugar idóneo para vivir, porque allí contaban con toda la comida necesaria.

Por eso, la leyenda del gato no es descabellada. Sin embargo, es verdad que no hay constancia de que fuera siempre el mismo, precisamente porque no era raro que los michis fueran parte de la tripulación. Además, el color tampoco lo hace diferenciable, blanco y negro, como muchísimos otros.

Por otro lado, Ludovic Kennedy, oficial de la marina británica que después fue periodista y escribió sobre el hundimiento del Bismarck de manera detallada y precisa, no menciona en ningún momento al famoso Sam. De él se habla por primera vez posteriormente suponiendo que no se trata más que de una historia de marineros, de una historia de mar.

Por tanto, la última palabra la tienes tú. Elige según tu criterio. Espero que hayas disfrutado de esta anécdota del gato de la II Guerra Mundial.

Si quieres conocer otras curiosidades de la II Guerra Mundial, te invito a leer este otro artículo: Chicles y tabaco en la II Guerra Mundial.

Te espero la próxima semana para dar un nuevo paseo por el pasado, mientras tanto, disfruta del presente. No olvides suscribirte si te ha gustado.

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