El rey que orinaba sentado

El rey que orinaba sentado

La historia a través de sus curiosidades nos lleva esta semana a hablar del rey que orinaba sentado. En el artículo anterior ya te introduje a este personaje de nuestra historia: Francisco de Asís, el consorte de la reina Isabel II de España.

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Si te quedas por aquí, seguimos.

Aunque lo curioso de este señor parezca que sea la manera que tenía de ir al baño, hay mucho más que decir de él.

En primer lugar, es interesante destacar la particularidad, a la que ya hemos hecho referencia en alguna ocasión, de las monarquías europeas en la que la mujer es la principal beneficiada. Resulta que las mujeres de los reyes son reinas, pero los maridos de las reinas son príncipes. Si esto ha sido así a lo largo de la historia sin modificarse, no te equivoques, no se trata de un favoritismo.

¿Por qué se les daba este título a las mujeres? Sencillamente porque tenían la función de gestar otros reyes. Esta norma dinástica se mantiene pese a que los tiempos han cambiado y la sociedad ha evolucionado.

De modo que, en las monarquías parlamentarias y constitucionales, el consorte, con independencia del género, mientras viva el titular no tiene más función que la representativa. Únicamente en el caso de defunción, desempeñará la regencia durante la minoría de edad del heredero.

Por eso, en Inglaterra, hablamos del príncipe de Edimburgo como consorte de la reina Isabel durante su reinado. Ya en nuestra generación, el primero que se verá en esta tesitura será el príncipe Daniel de Suecia, porque la princesa Victoria será la primera reina del siglo XXI. Lo que ella decida hacer con el título de su marido está por ver.

En nuestra monarquía, hemos contado sólo con un consorte y el próximo será el de la princesa Leonor, algo que nos pilla tan lejos como el protagonista de hoy. Pese a todas las desavenencias que tuvo con su marido, Isabel II lo hizo rey. Quizá para compensarlo por todos los hijos que trajo a este mundo sin él. Quién sabe.

En el caso de Francisco de Asís hablamos de consorte, porque la reina le concedió el título de rey consorte.

Nuestra Constitución en el artículo 58 dice: «la reina consorte o el consorte de la reina…». Es decir, que no existe el rey consorte. En el Real Decreto 1368/1987 del 6 de noviembre leemos: «La consorte del rey de España, mientras lo sea o permanezca viuda, recibirá la denominación de reina y el tratamiento de majestad». Y añade: «Al consorte de la reina de España, mientras lo sea o permanezca viudo, corresponderá la dignidad de príncipe».

Y esta es la primera particularidad con respecto a este personaje histórico.

El siguiente aspecto que hay que destacar de este rey es su condición sexual. Y es importante en cuanto a la paternidad de los hijos de la reina, concretamente del heredero. Esto lo vimos ya la semana pasada. Y es que si no es el padre de Alfonso XII, la historia es muy diferente.

En esta línea y en lo que respecta a la condición sexual del rey, el historiador Pierre de Luz hizo esta descripción del consorte: «Pequeño, delgado, de gesto amanerado, de voz atiplada y andares de muñeca mecánica. En la intimidad lo llamaba el pueblo Paquita, Doña Paquita, Paquita Natillas o Paquito Mariquito. Le gustaban los baños, los perfumes, las joyas y las telas finas».

La reina no ayudó a acabar con el rumor, sino todo lo contrario. Al enterarse de quién era el elegido para casarse con ella exclamó: «¡Con Paquita no!». Después de la noche de bodas incluso bromeó diciendo: «Qué podía esperar de un hombre que llevaba más encajes que yo». Estos comentarios alimentaban el cotilleo del pueblo, que no dudó en dedicar al rey versos satíricos:

Gran problema es en la corte

averiguar si el consorte

cuando acude al escusado

mea de pie o mea sentado.

Y otros cánticos más crueles: «Paco Natillas es de pasta y flora, y mea de cuclillas como una señora».

Bien, con fama de homosexual y nombrado rey por gracia de su esposa ambas cosas, qué hay del cebo del título. ¿Por qué Francisco de Asís era el rey que orinaba sentado?

Este hecho que llama la atención y que pronto se enlaza con la condición sexual del rey, no es más que algo que responde a una cuestión genética más que sexual. Sí es extraordinario en cuanto a que no es lo normal, pero nada más.

Es verdad que el rey se vio obligado a lo largo de su vida a orinar de forma diferente al resto de hombres de su época y si hizo de la obligación una oportunidad, eso ya no lo sé.

Investigadores afirman que Francisco de Asís no orinaba de pie porque sufría de hipospadias, una malformación de la uretra. No tenía el orificio de salida en el glande, sino en el tronco del pene, y ello le impedía orinar de pie. Esta es la explicación.

Y hasta aquí la historia del rey que orinaba sentado y por tanto el artículo de esta semana.

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