Fútbol en la Primera Guerra Mundial

Fútbol en la Primera Guerra Mundial

Hablamos hoy del fútbol en la Primera Guerra Mundial. El paseo por la historia a través de sus curiosidades nos lleva esta semana a conocer la anécdota que ha traspasado los límites de lo político dentro de una guerra.

Este conflicto, conocido también como la Gran Guerra, se desarrolló de 1914 a 1918, involucrando a las principales potencias mundiales de la época. Como ya sabemos, comienza en Europa con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y pronto se extiende a otras partes del mundo debido a las alianzas políticas y militares. Esta guerra no sólo cambió el panorama político y territorial de Europa, sino que también dejó heridas en la sociedad, la economía y la cultura de la época.

Pero la Primera Guerra Mundial también nos ha dejado historias y curiosidades que, a menudo, quedan ocultas por la tragedia.

Cuando dio comienzo, los europeos no pensaron que duraría mucho tiempo, qué equivocados estaban o qué optimistas fueron.

Las penurias, desgarros y consecuencias ya las sabes, por eso te quiero contar una anécdota. Si te gusta el fútbol, sigue leyendo.

Te quiero contar qué pasó con este deporte durante la Primera Guerra Mundial.

Reino Unido, uno de los países clave en la Gran Guerra, continuó con su liga de fútbol que, aunque tocada, no estaba todavía hundida. En Inglaterra se suspendieron todos los deportes menos el fútbol. En la temporada 1914-1915 el título se lo llevó el Everton. Y la estrella del equipo fue Bobby Parker con treinta y cinco goles.

Sin embargo, a partir de 1916 el campeonato se detuvo porque también los futbolistas profesionales eran hombres como los demás y los llamaron a filas. Los clubes decidían si sus jugadores iban a la guerra o no y normalmente se negaban, esto provocó fuertes críticas. El pueblo consideraba que les estaban dando un trato de favor situándolos en un lugar privilegiado.

Por su parte, en Alemania y en Francia se suspendieron todas las competiciones relacionadas con el fútbol. Destacan dos jugadores y hermanos franceses: René y Juan Petit. René se libró de ir a la guerra y jugó en el Real Madrid. Tiene el título de ser el primer gran ídolo blanco que deslumbró a la afición de 1914 a 1917. Sin embargo, su hermano Juan, que fue llamado a filas, quedó gravemente herido y no pudo volver a jugar.

Seguimos con el fútbol en la Primera Guerra Mundial. Esta vez, paramos en Italia, donde este deporte sufrió un paréntesis entre 1915 y 1919. Con el regreso del fútbol en la temporada 1919-1920 fue el Inter de Milán el que se proclamó campeón.

Pero el fútbol mueve montañas y hasta traspasa guerras. No olvidemos que las guerras las disputan hombres, igual que los partidos. Por eso es fácil entender el episodio que te voy a contar ahora.

Dentro del marco de la Primera Guerra Mundial y en plena contienda se desarrolla el partido más importante de la historia del fútbol.

Era el día de Navidad de 1914 cuando los soldados ingleses y alemanes sellaron una tregua de la manera más insospechada.

El veterano británico Alfred Anderson, que falleció en 2005 con 109 años, recuerda: «Todo lo que escuchaba en la trinchera era el crujido y el estruendo de las balas, las metralletas y las órdenes alemanas a lo lejos».

Sin embargo, ese día de Navidad dejaron de matarse, salieron de las trincheras, confraternizaron, intercambiaron comida y cigarrillos, y acabaron disputando uno de los partidos de fútbol más célebres e inspiradores de la historia.

Ahora bien, algunos historiadores sostienen que no fue el único partido, sino que celebraron algunos más. Eso sí, ante la ausencia de balones, emplearon latas de conserva vacías.

Por el contrario, otros historiadores, como Modris Eksteins y Malcom Brown, no ven viable la posibilidad de que realmente haya existido tal encuentro. No lo creen factible. Es verdad que, en los estudios de la historia no se le dedica ni unas líneas a este hecho siendo algo que se pone en relieve hace relativamente poco. Sin embargo, la correspondencia de hombres que vivieron en aquellas trincheras y el hecho de que varios periódicos de la época incluyeran en sus páginas referencias a la tregua y a la celebración de partidos de fútbol se han considerado fuentes fiables para darle credibilidad.

Sin duda, es uno de los momentos más inesperados de la contienda y también de los más conmovedores y emotivos. Y pese a que algunos historiadores lo pongan en duda, aquel episodio futbolístico fue descrito por Robert Graves en su cuento Tregua de Navidad en 1962.

Graves en este cuento da como vencedores a los alemanes por tres a dos, pero de eso sí que no hay evidencias. No deja de ser parte de la trama de la que se sirve el autor.

En definitiva, el resultado es lo menos relevante de este partido de fútbol en la Primera Guerra Mundial. Lo importante era lo que aquella tregua simbolizaba. El testimonio de un soldado, reflejado en la carta que envió a su novia, lo mostraba en pocas palabras: “Trata de imaginar que, mientras tú comías el pavo, yo estaba ahí fuera hablando y estrechando la mano a los hombres que había tratado de matar unas horas antes”.

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