Que viene el coco

Que viene el coco

Cuidado, que viene el coco.

Si la semana pasada hablábamos de la guerra de Flandes para darle su lugar a una unidad tan destacada y olvidada como la de los Tercios Viejos , hoy acabamos con una mentira de la historia, con la leyenda negra de un personaje.

Te aconsejo que si eres algo miedoso, te abstengas de seguir leyendo y si no temes al coco, acompáñame, que viene el coco.

¿Sabías que para los niños holandeses el coco es español?

En Holanda se escribió una parte importante de la leyenda negra española gracias a la propaganda vertida en el siglo XVI. Una leyenda que hoy continúa alimentada en parte gracias a un sector descontento con la historia y que, como digo, ha ayudado a mantenerla (me refiero a españolitos, que también tenemos nuestra parte de culpa). En esa época y durante una contienda que se extendió durante ochenta años, el coco fue el perverso gran duque de Alba. Mientras los pobres holandeses luchaban contra la opresora monarquía española, este señor era poco menos que el demonio personificado. ¿Qué digo poco menos? Era peor que el demonio y aún hoy siguen empleando el nombre de este grande de España para asustar a los niños. Es su coco, hombre del saco o cualquiera de los personajes que empleemos para inculcar temor a los pequeños.

¿Quién era el coco o el gran duque de Alba?

Se llamaba Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel y fue el hombre más leal de Carlos I y de su hijo Felipe II. En consecuencia, en el que habían depositado toda su confianza.

No es de extrañar que Felipe II pusiera al mando a su mejor general en el intento de mantener el imperio a toda costa.

Este señor tenía dos problemas; por un lado, era un férreo católico y por otro; se caracterizaba por su obediencia y lealtad. Llegó a los Países Bajos con una misión clara y no dudó en ejecutarla. Pero el III duque de Alba no era el hombre que comía bebés como lo retrataron algunos pintores holandeses en la época. Y las mentiras o verdades a medias que sobre este personaje de nuestra historia se vertieron recorrieron Europa. Seamos honestos, ni era el hombre del saco ni un abuelito candoroso, porque entre los extremos siempre hay una gran escala de grises.

Que viene el coco. Esto, pero traducido al holandés y referido a Alba es lo que todavía hoy escuchan los niños holandeses. Además, el 5 de diciembre, que es cuando se celebra el equivalente a nuestro papá Noel, les dicen que llegará un obispo de España con regalos que se llama san Nicolás, pero a los niños malos, su ayudante los meterá en un saco y los lleva a España. Porque España es lo peor.

Ellos no lo saben aún, sin embargo, nuestro país se convertirá en su paraíso soñado cuando se jubilen, pero esto es otra historia que descubrirán más tarde.

Vamos a ver qué hizo este señor para entender mejor al personaje.

El emperador Carlos lo llama para que lo ayude a combatir contra el imperio otomano. Pero esta misión fue relativamente sencilla, ya que lo que ocurrió es que allí no tuvo que luchar, porque con solo ver al ejército imperial bien organizado con unos 200 000 hombres, los otomanos se retiraron. A esta contienda también fue su gran amigo el poeta y soldado Garcilaso de la Vega, quien, por cierto, le dedicó parte de la Égloga II.

Donde sí tuvo que combatir fue en Túnez, ciudad defendida por el pirata Barbarroja.

Álvarez de Toledo y Pimentel es hoy recordado por medidas represivas como el Tribunal de los Tumultos. Sin embargo, una vez más y como siempre digo, no podemos mirar a la historia con los ojos del presente. Esto es algo que aplica también a sus personajes.

En el caso que hoy nos ocupa, hay que destacar que el III gran duque de Alba fue un genio en el arte de la guerra de su tiempo. Considerado el general con más éxito y experiencia de su época en toda Europa. No era un hombre de grandes artificios, sino que gustaba de ganar batallas con el mínimo esfuerzo, lo que se traducía en una menor pérdida de vidas y un menor gasto económico.

Un hombre estricto, severo, con humor negro, de disciplina extrema, de sangre fría, tremendamente culto que sembró el pánico entre los holandeses durante el Siglo de Oro por cumplir con su lealtad al rey. Un hombre que juzgó a los insurgentes y castigó la quema de iglesias católicas, porque éstos eran enemigos de la monarquía hispánica. Lo que nosotros conocemos como el Tribunal de los Tumultos, para los holandeses era el Tribunal de la Sangre. Al final, la religión y la política se daban la mano en el siglo XVII al que perteneció este personaje. En nombre de la religión se conseguían los objetivos políticos.

¿Cuál fue la causa de la llegada del duque a los Países Bajos?

A la corte española llega una noticia que hace saltar las alarmas: los rebeldes calvinistas de los Países Bajos habían asaltado varias iglesias, profanado templos y provocado desórdenes importantes. Fue entonces cuando Felipe II toma la decisión de reprimir a los amotinados enviando para esta misión al gran duque de Alba.

Era comprensible el temor que infundía, pues se trataba de uno de los generales más temidos que cumplía con su obligación para con el rey. Entendible dentro de la época, un periodo en el que la religión se llevaba muchas vidas en toda Europa. Ni todos fueron católicos ni todos españoles. Por poner un ejemplo, la reina Isabel I de Inglaterra andaba dando guerra y acabando con más herejes.

Borrachos del éxito de nuestro ejército a los españoles poco o nada nos importaba la mala prensa que comenzábamos a cosechar y movidos por la vanidad y la excitación que supone ser el motor de Europa, a quienes estaban en el poder de España no les importó la propaganda negativa que se empezaba a extender por toda Europa. Luego ya fue tarde.

Al fina, «Que viene el coco», decían y ese coco es el duque de Alba. «Duérmete niño que viene el duque de Alba y te llevará» y ese lugar al que te llevará es España.

¿Conocías esta leyenda negra de nuestra historia?

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2 thoughts on “Que viene el coco

  1. No conocía esta historia, magníficamente narrada, como siempre en tus escritos. Gracias.

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