Batalla de Flandes

Batalla de Flandes

El paso español por la larga batalla de Flandes no lo podía obviar. Por eso, tomando esta contienda como contextualización, pongo de relieve a una unidad que es y ha hecho historia: los Tercios.

La batalla de Flandes fue una de las más sangrientas y trágicas de la historia que encuentra la causa en problemas religiosos y político-económicos. Básicamente como casi todas en la época.

Pero, como decía, hablar de Flandes es hacerlo de los Tercios Viejos que tan importantes fueron en este periodo de la historia.

Ahora decide si sigues leyendo o prefieres escucharme. Encontrarás este y los demás artículos en el podcast Historia en B/N que tienes en todas las plataformas de podcast. Por aquí te dejo los enlaces a YouTube y Spotify. Si te quedas por aquí, seguimos.

Todo empezó cuando Carlos V abdicó en favor de su hijo Felipe II. Recuerda que Carlos V había nacido en Gante y se crio en Flandes, él era el único rey. De ahí, que no reconocieran a los reyes españoles que vinieron detrás, de Felipe II a Felipe IV, pues la guerra duró ochenta años y se libró durante nuestro Siglo de Oro.

Los flamencos no aceptaron a los reyes españoles como sus soberanos, mucho menos cuando implementaban sus normas.

La batalla de Flandes fue una guerra larga, muy larga, de desgaste, música que nos suena por Ucrania, pero en esa ocasión éramos los españoles quienes luchábamos en primera línea, eran los Tercios Viejos. Reclutados en España, formados en Italia y enviados a Flandes por el Camino Español. Más de mil kilómetros tenían que atravesar en lo que suponía un esfuerzo físico inconmensurable. Portaban lanzas de combate (picas) y resultaba una gran proeza llegar. De ahí, la expresión poner una pica en Flandes.

El ejército español de Felipe II no tuvo fácil enviar hombres a un territorio que estaba rodeado de enemigos, fundamentalmente franceses.

Los Tercios españoles fueron las mejores unidades militares del mundo. Aún hoy se comparan los Tercios de infantería española con las legiones romanas.

¿Quiénes componían los Tercios?

Generalmente eran soldados profesionales, hijos no primogénitos de nobles de segunda clase, pero no todos eran españoles, estos representaban un escaso treinta por ciento. Los soldados se reclutaban en diferentes partes de Europa y los españoles formaban el núcleo sólido y de peso. Estos regimientos se caracterizaban por su valentía y sentido del honor. ¿Sabías que uno de sus miembros más destacados fue Calderón de la Barca? Sí, el dramaturgo español que, en relación a las características que te comentaba dijo: «El honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios».

Su buen rendimiento en la batalla los convirtió en imprescindibles, en tropas de élite a las que se recurría para las batallas más difíciles. Implementaban novedades armamentísticas y tácticas. Fueron los primeros en combinar armas blancas (picas) con armas de fuego (arcabuz).

Sus tácticas novedosas, que ellos mismos idearon, los hacían invencibles. Los regimientos se organizaban en cuadrados perfectos, algo que copiaron los ingleses doscientos años más tarde.

El origen del nombre no está claro, aunque no faltan teorías al respecto. Para unos, se trata del número de soldados que lo conformaban, unos tres mil. Otros, sostienen que es por el número de armas empleadas: arcabuz, pica y espada. Existe una tercera teoría que habla del número de guarniciones que conformaban los tercios españoles en un primer momento: Nápoles, Sicilia y Lombardía. La verdad, hoy se desconoce.

¿Por qué desparecieron?

Se dice que la batalla de Rocroi fue la primera gran derrota de los Tercios, pero no fue la causa del final. Este tiene que ver más con la crisis posterior de peste y hambruna que debilitó a la monarquía española en el siglo XVII y dejó a la corona española sin dinero para mantener a los Tercios.

Todo esto unido a la obsolescencia de las armas con las que contaban y que por problemas económicos no podían cubrir las bajas, provocó una gran crisis que se hizo notoria en Flandes. Una de las prioridades del primer Borbón, Felipe V, dentro de su reforma militar fue disolver la unidad que había sido pionera en un nuevo modelo de hacer la guerra.

El siglo XVII acababa de manera trágica para España con una ordenanza que decretaba el final de los Tercios y con la pérdida de la guerra en Europa con su zona más preciada, Flandes.

A partir de ese momento, los Tercios continuaron tocados, pero no hundidos. Fue la batalla de las Dunas la que provocó mayor sufrimiento a los españoles que ya tenían cortado el Camino Español y en una búsqueda alternativa entraron por mar, lo que se convirtió en un callejón sin salida.

Y este fue el final de los Tercios españoles cuya disciplina, valor y alto grado de compañerismo en el campo de batalla los hacía invencibles.

El final de la batalla de Flandes coincide con la de las Dunas que supuso el fin de España como potencia marítima dominante en el mundo.

España y las Provincias Unidas (las siete provincias del norte de los Países Bajos) firmaron el Tratado de Münster, una parte de la Paz de Westfalia.

Y hasta aquí esta aproximación a la batalla de Flandes.

¿Conocías la existencia de los Tercios? Te leo en los comentarios.

Recuerda suscribirte para recibir cada viernes un nuevo artículo con historias de la Historia.

Formulario de inscripción
Loading

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies