Curiosidades históricas

Curiosidades históricas

Hoy vamos a hablar de curiosidades históricas, en concreto, te traigo dos curiosidades históricas y un teatrillo, porque siempre digo que los españoles no conocemos nuestra propia Historia.

A veces, somos tan quijotes que creemos a pie juntillas esa historia falseada que nos transmiten nuestros políticos, sí, aquellas personas que elegimos en las urnas casi cada año y que tienen menos idea aún que cualquiera de nosotros.

Por eso, hoy te voy a hablar de dos curiosidades históricas y un teatrillo. Recuerda que leer nos hace libres, no dejes de hacerlo y de interesarte por conocer lo que vino antes, solo así evitarás que te engañen.

Primero te invito a viajar al reinado de Felipe II, año 1588.

El monarca cansado de los ataques de los corsarios ingleses a la flota española, decidió entrar en guerra con Inglaterra. La gota que colmó el vaso la puso el corsario Drake asaltando Cádiz y destruyendo la flota allí fondeada.

El plan de Felipe no era del todo malo, salvo por un pequeño detalle que los oídos reales no quisieron atender: faltó organización, pero sobre todo comunicación. Era tan sencillo como poder comunicarse para organizar tropas y barcos, pero en la época esta comunicación no era fácil y llevaba tiempo.

Tampoco contábamos con barcos apropiados, porque enviamos galeras de Mediterráneo al bravío Atlántico.

¿Qué ocurrió? Lo que se esperaba: treinta y cinco barcos perdidos y dos de cada tres hombres muertos.

Los españoles no conocemos nuestra historia. Una una pena. Clic para tuitear

Entonces, ¿por qué hablamos de la Armada Invencible?

Porque ya te he dicho que no conocemos nuestra historia.

Este adjetivo nos lo pusieron los ingleses con sorna y muy orgullosos de su triunfo. Aunque, en realidad, no nos vencieron ellos, sino la propia torpeza española.

Así somos de infelices los españoles ya que solo nosotros denominamos a la Gran Armada como Invencible, cuando en realidad era un apelativo despectivo.

De hecho, quienes así la bautizaron se refieren a ella como la Armada Española.

La segunda curiosidad la he aprendido hace muy poco leyendo sobre la Guerra Civil española, gracias a Juan Eslava Galán. Para mí, no hay mejor manera de conocer la historia que de su mano.

Vamos con la siguiente curiosidad.

¿Sabes lo que es el ‘paqueo’?

Cuando leo sobre las guerras, qué horrible palabra, siempre me viene a la cabeza el terror de la gente. El miedo que tuvieron que pasar tanto civiles como militares. Pero también pienso en los sonidos. Lo estremecedor que tiene que ser ese detonar de una granada o bomba, el sonido constante de disparos, la sirena que anuncia el toque de queda o el silencio de la noche roto por disparos aislados.

Y justo esto es el paqueo. Esos disparos de fusil aislados que provienen de un francotirador o «paco». En «Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie», Eslava Galán así lo explica: «La expresión se acuñó en la guerra de África para designar a los moros que se emboscaban durante horas para disparar de lejos a los soldados españoles. En aquellas barrancas desoladas el disparo sonaba ‘pa’ y el eco ‘co’, de donde ‘paco’».

Y hasta aquí las dos curiosidades históricas que te he prometido. Vamos ahora con el teatrillo.

Este es un tema que muchos negarán. Yo supongo que hay mitos que cuesta romper, porque sientes que se te caen los palos del sombrajo y tienes la necesidad mental de negarlo.

Otros, los más avezados, ya lo sabrán y lo creyeron en su momento, bien porque lo vivieron de cerca o porque ataron cabos.

Luego estamos los jóvenes que ya tenemos una edad y lo vivimos sin ser conscientes (en mi caso, solo tenía dos meses). En este grupo estamos quienes necesitamos saber, conocer y comprender por qué estamos como estamos, ya que todo es herencia de otra parte de la historia. Por otro lado, están los que viven felices en su ignorancia. Una opción buena, pues no te quemas descubriendo falsedades.

Esto es lo que peor llevo yo. No soporto que me tomen por tonta, sin embargo y por desgracia, esto está a la orden del día y solo somos marionetas en manos de unos cuantos. Es algo que no han inventado los políticos de ahora, sino que han heredado. Por fortuna, ahí están los libros, las palabras escritas de quien ha investigado y no teme decir lo que no es políticamente correcto.

Vamos a hablar del 23-F. El teatro que mantuvo en vilo toda una noche a España.

¿Fue un teatrillo histórico? ¿Una puesta en escena? ¿Era conocedor el Rey de lo que iba a ocurrir?

Si pongo sobre la mesa todos los datos y tiro de la historia, no me sorprende en absoluto.

¿Por qué Juan Carlos iba a ser distinto de sus antecesores? Juanito, un hombre descendiente de rey, precisamente del último antes de la democracia, Alfonso XIII, pero con los mismos derechos dinásticos que cualquiera de sus primos.

Un hombre ávido de poder, riqueza y buena vida. Un hombre cansado de mediar y fingir ante su padre y Franco. Un príncipe con complejo de torero capeando durante años a uno y otro. Un peón en la partida de ajedrez de la Historia que acabó siendo el rey, pero al que le dan jaque mate.

Un rey que desciende de reinas más que de reyes, porque no nos quedan Borbones en España, aunque para ser justos, él sí lo es pese a que solo por línea materna. Aquí puedes leer más sobre este interesante tema.

El 23 de febrero de 1981 tuvo lugar un teatro en el que participaron fuerzas del estado, Estados Unidos y hasta el Vaticano. El objetivo: presentar a Juan Carlos como el salvador de España, de la democracia. Bueno y ya de paso, formar el Gobierno que interesaba.

A Juan Carlos comenzaba a incomodarle Suárez. Unos días antes del golpe se produce esta conversación en la que el rey le dice al presidente lo que sigue:

«Tú estás aquí porque te ha puesto el pueblo con no sé cuántos millones de votos. Yo estoy aquí porque me ha puesto la Historia con setecientos y pico años. Soy sucesor de Franco, sí, pero soy el heredero de diecisiete reyes de mi propia familia. Discutimos si OTAN sí u OTAN no, si Israel o si Arafat, si Armada es bueno o peligroso. Y como no veo que tú vayas a dar tu brazo a torcer, la cosa está bastante clara: uno de los dos sobra en este país. Y como comprenderás, yo no pienso abdicar».

Esta puesta en escena llevaba meses gestándose. Estaba claro que Suárez sobraba. La operación recibió el nombre en clave de Operación De Gaulle. ¿Por qué este nombre?  Porque hace referencia a cómo llegó al poder el general francés cuando declaró la IV República francesa. De Gaulle fue apoyado tanto por el ejército como por los partidos políticos franceses.

En nuestro caso, el golpe contaba con el beneplácito del rey, de los diputados socialdemócratas de la UCD, de la ejecutiva del PSOE, Estados Unidos, Vaticano y ¡de la agencia de espías española (CESID), que curiosamente tenía como una de sus funciones principales la de prevenir golpes de Estado.

¿Qué se pretendía con el golpe? Un Gobierno de coalición independiente del Congreso en el que el presidente sería el general Alfonso Armada y el vicepresidente Felipe González.

Constaba de dos partes. En la primera, Tejero asaltaba el Congreso secuestrando al Gobierno y diputados. En la segunda, Armada, con autorización de Zarzuela, ofrecía a los asaltantes una salida razonable si daban marcha atrás.

Pero lo que pasó ya lo sabemos. Armada se fue de la lengua intentando por su cuenta un razonamiento con Tejero y el resultado fue el que se retransmitió por televisión y radio.

Resulta curioso que ese día, el 23 de febrero, ni el príncipe ni las infantas fueran al colegio. Tampoco los hijos de los implicados. Del mismo modo, es llamativo que los buques americanos, en concreto la VI Flota de Estados Unidos, desde un mes antes estuvieran frente a las costas españolas o que una semana antes, el embajador americano Terence Todman se hubiera reunido con Armada. Aún hay más, porque pocos días antes del golpe, las bases de Torrejón, Rota y Zaragoza estuvieron en estado de alerta: suspendidos permisos y todos en sus puestos.

Mientras todo esto se gestaba, los españoles vivían tranquilos en una tensa calma para quienes estaban organizándolo todo.

Finalmente, como has visto, la tensión del 23-F fue compartida por todos, cosas del directo. Las funciones, por muy ensayadas que estén, siempre sorprenden.

Hasta aquí el artículo de esta semana sobre curiosidades históricas. ¿Las conocías?

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Si quieres leer sobre el abuelo del rey Juan Carlos, puedes hacerlo en la novela En los ojos del rey.

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