Diario de un amor confinado (III)

Diario de un amor confinado (III)

Dicen que la realidad supera en ocasiones a la imaginación. Podemos constatar que así es tras vivir tres meses completamente encerrados para protegernos de un virus al que ni vemos ni queremos ver.

Diario de un amor confinado es una novela romántica donde tanto el contexto como los diferentes tipos de amor y relaciones personales se ajustan a la más estricta realidad.

Aquí puedes leer las dos entradas anteriores:

Diario de un amor confinado (I)

Diario de un amor confinado (II)

Lunes 16 de marzo de 2020

Hoy he vuelto al supermercado. Confieso que no necesitaba nada porque el otro día compré más cosas de las que podré comer en toda la cuarentena. Reconozco que la presión me influyó. La gente arrasaba las estanterías de manera enfermiza llenando los carros de ¡rollos de papel higiénico! ¿Para qué? Quizá sea un repelente del virus, si llenas tu casa de papel, el virus no podrá entrar.

¿Para qué he ido entonces a ese lugar que hasta el sábado me repelía? No puedo escribir un diario, que en principio solo leeré yo, mintiendo. Quizá algún día alguien más se asome por él porque me atreva a publicarlo. Mejor aún, quizá, me lo pida una editorial importante o revista y no pueda negarme. Bueno que me desvío y no me respondo. Sí, fui al supermercado para ver al chico sin nombre de momento.

No estaba. Lo he buscado en cada pasillo: carne, pescado, lácteos, pastas, perfumería. ¡Hasta he probado cuatro colonias por si aparecía! He estado a medio minuto de que el tipo de seguridad me echara por permanecer más tiempo del debido en el establecimiento.

Hoy día de mierda. No lo conozco, pero tengo necesidad de verlo.

Lo único bueno ha sido la cerveza virtual que hemos tomado las chicas.

Mañana volveré y si me lo encuentro, le daré mi teléfono.

Ah, y descubriré su nombre.

Fallecidos por covid-19: 21.

Martes 17 de marzo de 2020

Hoy he pasado todo el día escribiendo el artículo del viernes para la revista y he comido con Mara y Silvia. Mientras veíamos las desalentadoras noticias con los terribles datos que han terminado dejándonos mal cuerpo.

Por la tarde he bajado a la farmacia a comprar paracetamol y mascarillas. Misión imposible esto último: agotadas. No hay ni en el mercado negro.

Sigo pensando en él, no puedo olvidarme de esa sonrisa perfecta. Seguro que se ha hecho un blanqueamiento de dientes como el de Mara del verano pasado. ¿Cómo se llamaba? Ah sí, Zoom, como la aplicación.

Fallecidos: 182.

Miércoles 18 de marzo de 2020

Esta casa se me va a caer encima un día. Mis pesadillas se harán realidad. No soporto la soledad.

Voy a ducharme y bajaré al súper. Quizá haya suerte y me encuentre con el chico sin nombre de momento. Empiezo a sospechar que no es amor sino obsesión. Claro que no puede ser amor, el amor es mucho más fuerte, sobre todo, aparece cuando hay una persona o incluso animal que recibe y da. Lo sé, me estoy volviendo loca.

He vuelto del súper. Necesito escribirlo. Estoy feliz, muy feliz. Max, se llama Max.

—He vuelto a verlo —les dije a las chicas en cuando nos conectamos las cinco a la videollamada.

—Uhhhh, tu vida amorosa es un parque de atracciones, ¿eh? —dijo Silvia.

—Sí, pero la parte infantil —añadió Paz y todas reímos.

—Max, el chico sin nombre de momento se llama Max —dije del tirón, sin respirar y apretando los ojos cerrados.

—No jodas, tía. ¿Le has preguntado cómo se llama? Por favor, cuenta cómo ha sido. Esto es muy fuerte, todos confinados y tú ligando en el súper —dijo Raquel riendo con fuerza.

—Os basta con el nombre. Prometí que me enteraría y lo he hecho. Lo importante es que desde que lo vi no he vuelto a pensar en Rafa. Max ha cerrado una etapa de mi vida. Y mañana hemos quedado en la panadería del Gastamenos.

—No me lo puedo creer. Vuestra primera cita será entre panes recién horneados y tartas congeladas de Winnie de Pooh —rio Silvia.

Decidí que no les contaría, al menos por el momento, cómo descubrí su nombre y le di mi teléfono. Bastantes risas les había regalado ya hoy.

Por fin Valery ha descubierto que el chico sin nombre de momento se llama Max. Lo que todavía no sabe es que les va a cambiar la vida más de lo que jamás pudieron imaginar. Si quieres saber cómo continúa Diario de un amor confinado, suscríbete al blog para recibir en tu correo la siguiente entrega el próximo viernes. Mientras, puedes leer mi novela En los ojos del rey y descubrir los entresijos de la vida y reinado del bisabuelo de nuestro rey. Si pensabas que la monarquía está protagonizando su papel más escandaloso, estás muy equivocado.

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