Letizia, la Mª Antonieta del s. XXI
El paseo por la historia a través de sus curiosidades nos lleva esta semana a enlazar pasado y presente para hablar de Letizia, la Mª Antonieta del s. XXI
Seguro que nunca habías reparado en las semejanzas que unen a las dos reinas. Es el poder de la rumorología el que me lleva a encarar este tema. Mientras exista la monarquía habrá intrigas palaciegas, porque una cosa lleva a la otra. Y en la actualidad propagamos con sólo un clic cualquier rumor, bulo o información. Es la magia de las redes sociales a las que tanto temen las casas reales tan reacias a exponer sus vidas.
En mi novela Anna, no mires atrás abordo este tema de la exposición en la familia real, en este caso, la de los últimos zares. Un debate para el que encontramos opiniones divididas, por supuesto.
Abróchate el cinturón, porque hoy no sólo pasearemos por la historia, sino que saltaremos por ella.
María Antonieta de Austria fue la última reina de Francia antes de la Revolución y algunos expertos la describen como una mujer inteligente y hermosa, además de frívola y libertina.
Quizá esto ya te empieza a sonar familiar. Hasta el momento, podemos afirmar que Letizia es la última reina de España y en inteligencia gana por goleada a cualquiera de las consortes que ha tenido nuestro país. En lo que respecta a la belleza no podemos negar lo evidente, y aunque es algo subjetivo, también es una evidencia que en este aspecto vuelve a tener el título de la reina más guapa que ha portado corona en España.
Siguiendo con la definición de María Antonieta, de ella se dice que fue frívola y libertina. Bien, Letizia no se libra de estos dos calificativos tampoco. Definida hasta la saciedad como una mujer distante, fría y superficial que incluso roza lo maleducado en determinadas circunstancias.
En este sentido, debo ser honesta. Cuando se escribe de historia o sobre personajes históricos es necesario seleccionar meticulosamente las fuentes con el objetivo de aportar la visión más aséptica y objetiva posible. Por eso, no me gusta escribir sobre la monarquía en la actualidad, porque no son historia aún, sino que la están escribiendo e inevitablemente, las opiniones son partidistas siempre.
Al acercarme al personaje de María Antonieta, he comprobado que las similitudes con la reina Letizia son tan abundantes como importantes. Y que los bulos no son un mal moderno, sino que forman parte de la historia.
Letizia, en las distancias cortas, lejos de ser fría o frívola es más bien todo lo contrario. Ni mucho menos es distante.
Dicho esto, que creo que es de justicia, porque las malas opiniones florecen como champiñones, sin embargo, lo positivo cuesta decirlo porque vende menos, continuamos con el paralelismo que hoy nos ocupa.
En lo que respecta a libertina, es un calificativo que abordaré más tarde.
La joven María Antonieta se casó con sólo catorce años con el rey Luis XVI. Son muchas las voces que aseguran que tenía poca relación íntima con él, motivo que la empujó a llevar una supuesta vida promiscua.
Volviendo a la actualidad, Letizia era una mujer adulta cuando contrajo matrimonio con el entonces príncipe Felipe, pero, como decía antes, lo bonito no vende, a todos nos va la marcha y si el matrimonio real es una farsa hoy vende más que la vida placentera o relajada. De ahí que se le atribuyan a la reina amantes varios. Porque Felipe es un rey al que no se le conocen amantes, uno de los motivos por el que es tildado de homosexual en diferentes ocasiones.
¿Verdad o mentira esto de los amantes de la reina? Lo desconozco. Lo que sí sé es que Letizia, como cualquier mujer del siglo XXI, cuenta con un pasado que me sorprende que pueda sorprender en un momento de tanta reivindicación feminista como el que estamos viviendo. Por eso, que el de libertina sea uno de sus calificativos, es chocante.
Se ha hablado de si Letizia ha tenido amantes varios, relaciones diversas en su juventud, abortos, si ha sido modelo desnuda para la portada de un disco y otros disparates que me niego a mencionar porque considero inmorales. Los matrimonios reales, ya hemos visto en otras ocasiones que respondían a alianzas políticas; sin embargo, esto ya no es así. Al menos, no había ningún motivo político ni de Estado por el que el matrimonio de nuestros reyes se llevara a cabo. De ahí, que se haya dicho siempre que fue una boda por amor.
Este simple hecho, es suficiente para desmontar cualquier teoría conspirativa que eleva a nuestro rey al grado máximo de cornudo que lleva aguantando barbaridades desde el principio casi del noviazgo.
A partir de ahí, el tiempo, las circunstancias y vivencias son los encargados de cambiar las piezas de la historia.
Entre los escándalos que marcaron a la reina de Francia, primero se menciona que la consorte habría tenido varios amantes, incluido el diplomático Axel de Fersen. Al parecer se trató de un romance apasionado que escritos de la época mencionan como su verdadero amor.
Sin embargo, otros historiadores aseguran que muchas historias no eran más que rumores falsos para desprestigiar a la corona francesa.
Llegados a este punto, seguro que entiendes por qué digo que Letizia es la Mª Antonieta del s. XXI. Una vez más, ambas mujeres son víctimas de la rumorología.
Hace unas semanas, cuando hablamos de las amantes reales os decía que el rey que no contaba con amantes, algo raro escondía. Tener amantes es lo que se espera entre las parejas de la alta aristocracia o realeza, pero que se critica de haberlas. Por eso, el hecho de que a Luis XVI no se le conocieran amantes, puso en la diana a María Antonieta.
Nuevamente, algo parecido le ocurre a Letizia. ¿Dónde están las amantes de Felipe?
En su tiempo, María Antonieta fue la receptora de la indignación pública sumada a la misoginia dirigida tradicionalmente contra las amantes.
Es decir, antes de convertirse en reina, cuando su marido aún era el delfín, heredero del trono, la opinión pública atacaba a las amantes a las que consideraban promiscuas por acostarse con un hombre casado. Sin embargo, a falta de una amante de Luis XVI a la que ridiculizar, los pornógrafos políticos se ensañaron con María Antonieta.
Esa pornografía insinuaba que la reina se acostaba con muchos hombres ¡y mujeres! de la corte cuando, en realidad, hay evidencias de que María Antonieta sólo tuvo un amigo íntimo. No obstante, presentarla como una mujer que se acostaba con su cuñado fue un medio que utilizaron los revolucionarios para argumentar la corrupción de la monarquía.
La acusaron de mantener relaciones sexuales con su cuñado para conseguir un desprestigio ante la opinión pública. Nuevamente, encontramos otra similitud. A Letizia, la Mª Antonieta del s. XXI también se la ha relacionado con su cuñado, Jaime del Burgo. Claro, que es el propio afectado quien se ha encargado de airear las supuestas intimidades.
Para acabar, un dato más. Cuando llegó la austriaca a Versalles, ordenó reformar las habitaciones privadas dentro del palacio, sin escatimar en gastos. Entre estas habitaciones también alojó a su amante, el conde Fersen.
Cuando Letizia entró en Zarzuela también modificó el pabellón del príncipe.
Ambas hicieron lo que cualquiera haría o hemos hecho, pero por ser parte de nuestro patrimonio, se juzga. Nos sentimos con el derecho a hacerlo.
Por supuesto, también acusan a Letizia de alojar a su amante, Jaime del Burgo, en la casa de Asturias.
Los dimes y diretes, bulos o verdades tienen hoy un arma poderosa que no se puede callar ni frenar: las redes sociales. Y esto lo está sufriendo hoy Letizia, la Mª Antonieta del s. XXI ¡Ojalá conserve la cabeza! La guillotina de nuestro siglo son las enfermedades mentales a las que no se les da el valor que merecen.
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