Don Pelayo

Don Pelayo

Pensaba en don Pelayo como una buena opción para la sección de personaje de la historia de este mes, pero la actualidad me ha hecho dudar. Claro que como me gusta mucho la historia, me encanta contar las cosas desde un prisma diferente para que llegue a todo el mundo y me gustan los retos he dicho: ¡qué narices! A por don Pelayo, pero no ha sido fácil.

Lo primero que hago siempre para preparar este tipo de artículos es bucear por internet para descubrir lo último que se ha publicado sobre el personaje en cuestión, y casi siempre me sorprende su vigencia.

Poca confianza tenía en encontrar algo sobre este personaje de la historia que se hubiera publicado recientemente, pero el caso de don Pelayo me ha hecho rodar los ojos, como dice mi hija que tiendo a hacer cuando algo me descoloca. Te voy a contar un secreto, así en voz bajita, porque no quiero que nadie me tache de loca, pero creo que Franco sigue vivo. Sí, como en la canción, hago ¡chas! y aparece a mi lado.

¿Qué tendrá que ver ese hombre con la Reconquista y con don Pelayo? (ahora no me han rodado los ojos, esta vez mi cara es la del emoji enfadado) Jamás creí que encontraría la más mínima relación. ¡Qué equivocada estaba! Pero es que unos y otros se han empeñado en resucitar el espíritu del caudillo. Que hoy se establezca una relación entre ambos momentos históricos separados por tantos y tantos siglos, pues eso. Qué te voy a decir.

Una vez que he visto las noticias, me he reafirmado en mi máxima de no escuchar a los políticos ni a quien hable de ellos, así que me pierdo tantas cosas, pero gano en salud. Es sencillo: me aburren, pero lo más importante es que carece de importancia todo lo que dicen. Esto es triste.

Al grano y por partes. Sobre todo, por el principio. Vamos a hablar de don Pelayo y de la Reconquista, porque uno lleva al otro y viceversa sin remedio.

Lo que hemos aprendido, lo que estudiamos en nuestros libros de Historia (quienes estudiamos esta parte, claro) es que España vivió un periodo conocido como la Reconquista que se inició allá por el año 722 y que duró nada más y nada menos que ocho siglos. Es decir, que la inició don Pelayo con la batalla de Covadonga y finalizó con los Reyes Católicos. El fin de la Reconquista dio paso a la unificación de España con la llegada al trono del nieto de los Reyes Católicos, Carlos I. Este era el hijo de Juana la loca y sobrino de Margarita de Austria.

Hasta ahí todo bien. Un resumen muy breve de lo que fue esa parte de nuestra historia. ¿Estamos de acuerdo? Bueno, es lo que nos enseñaron y tenemos que estarlo, que para algo nos costó que nos entrara en la mollera.

Bien, mi búsqueda por la red que nos envuelve a todos, me llevó a toparme con esta noticia en la Sexta que pone en duda (en su titular) la existencia de este rey y la veracidad de lo que hemos estudiado hasta ahora. Como pasa siempre, existe otra que la rebate, aquí te dejo este artículo del periódico ABC. Esto es como asistir a un partido de tenis.

¡Pardiez! Si has visitado el primer enlace, habrás leído: «En la España de la dictadura, cualquier excusa valía para dar lecciones sobre nuestro glorioso pasado. Dentro de las aulas se estudiaba la batalla de Covadonga, en la que don Pelayo inició “la lucha que forjó la nacionalidad española” resistiendo ante los infieles».

¿En serio? Son noticias de 2018. A mí me resulta increíble que en la actualidad se establezcan determinadas relaciones.

Que todo fue un invento ahora, bueno al menos una exageración. Vale, como me ha descuadrado un poco, vayamos a las fuentes fidedignas, esas que emanan sabiduría. Básicamente, porque para eso están. Recurro al comité de expertos (que tiene más prestigio y reconocimiento que el que asesoró durante la pandemia. Ay, no, que no existía. Es verdad. Bueno, este sí que existe).

De don Pelayo se dice en la web de biografías y vidas  que era un caudillo astur de personalidad mitificada y para los españoles, fue el héroe de la Reconquista por sus hazañas.

Jardiel Poncela dijo: «La historia, desde luego, es exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es lo que sucedió». Por eso, del mismo modo que cuando tengo una duda sobre ortografía acudo a la RAE (Real Academia Española de la Lengua), cuando me asalta una duda histórica recurro siempre a la RAH (Real Academia de la Historia).

La Academia de la Historia es clara y sostiene que con don Pelayo se inicia la serie de reyes astures. Es cierto que muchos historiadores se muestran algo escépticos a la hora de reconstruir los orígenes del Reino Astur porque en los relatos más antiguos de cristianos y musulmanes hay contradicciones, así como por los silencios o ausencia de documentación en relación a los primeros hechos de la resistencia astur.

Sin embargo, gracias a los estudios de Claudio Sánchez Albornoz, dice la RAH: «es ya posible una aproximación histórica, razonablemente aceptable, a la figura de Pelayo y de la comunidad que él acaudilló y a los hechos que, con Pelayo como principal protagonista, se desarrollaron en Covadonga y su entorno pocos años después de que los musulmanes iniciasen la rápida conquista de la Península. Y detrás de las contradicciones de las fuentes, de los datos irreconciliables, de las deformaciones fantásticas que ofrecen en muchos casos y de unos silencios no tanto atribuibles a la inexistencia de los hechos como al desconocimiento o minusvaloración, impremeditada o consciente, de los mismos por quienes los historiaban, la realidad de Pelayo y Covadonga, de los sucesos que esos dos nombres evocan, es actualmente incuestionable y de general aceptación por la historiografía más autorizada».

Incuestionable y de aceptación por la historiografía más autorizada. Ha quedado claro.

Ciertamente la historia ha contribuido a mitificar al personaje exagerando los hechos y aportando elevadas dosis de fantasía. En lo que todas las teorías concuerdan es en la fecha y lugar de la muerte de don Pelayo, el rey, el duque, el caudillo que encontró el final en Cangas en el año 737 después de diecinueve años de reinado.

Y ¿qué pasó con la batalla de Covadonga?

Pues como con todo, depende del bando con el que hables. El problema es que contamos con escasa documentación.

Mientras los cristianos exageraron la victoria llenándola de tintes fantásticos, épicos e incluso increíbles, los musulmanes le restaron importancia. Sin negar su derrota maquillaron el triunfo.

Muchos son los historiadores que sostienen que fue más una escaramuza que una batalla. Lo que es innegable es que existió, que se engrandeció también y que sirvió para devolver a los godos el orgullo y la confianza que habían perdido.

A modo de conclusión, te diré que me he decepcionado con este tema. Algo que para mí era una realidad y lo tenía asentado en mi cabeza con sus causas, consecuencias y contexto histórico se ha desmoronado ante mis ojos como un castillo de naipes. Ya no tengo nada claro. Por ello, siento que en este apartado de la historia no puedo aportar más.

Si tú me puedes iluminar, te leo en los comentarios.

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2 thoughts on “Don Pelayo

  1. Después de vivir 74 años, (1948) y 40 años de docencia, nada tengo claro. Ni la Historia, ni mitos y leyendas. Hasta dudo que la educación de mis hijos haya sido la correcta. Y no es que sean unos pelegatos, dos son fisios, y ahora con 40 años están terminando medicina, y otro trabaja como peón en El Corte Inglés, después de terminar bellas artes. Pero dudo de que lo que hice fuera lo correcto. Ahora con mi nieto lo que intento es darle menos reglas y más cariño. De guerras y aventuras habladas y escritas dudo. Hay un escritor andaluz , creo, Manuel Chávez Nogales, que me entusiasma por dudar de todos.

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