Margarita de Austria

Margarita de Austria

No se me ocurre mejor manera de empezar el año en este blog de historia que con un artículo de personajes de la historia. Por eso, esta entrega está dedicada a Margarita de Austria, una de las mujeres con mayor poder de su época tanto por herencia como por capacidad de mando.

Margarita fue hija, hermana y tía de reyes, pero también llegó a ser reina de Francia, princesa de Asturias y gobernadora de los Países Bajos en nombre de su sobrino Carlos V.

Foto de la Esfera de los libros tomada del periódico El Mundo. Uno de los mejores árboles genealógicos que he encontrado.

Ahora que está de moda aquello de eliminar parte del temario de los libros de texto y teniendo en cuenta que el Gobierno tiene como objetivo suprimir a los Austrias de los manuales de historia, considero que Margarita se merecía este artículo.

Nos situamos.

En el año 1480 el nacimiento de una infanta, sobre todo cuando ya había llegado el varón, era motivo de fiesta. No por tener la parejita como nos sucede a la plebe, sino porque las mujeres resultaban piezas fundamentales dentro del entramado monárquico.

A través de ellas se establecían lazos con otros reinos mediante los famosos matrimonios de Estado.

Margarita de Austria no iba a ser una excepción y este fue su caso.

Era hermana de Felipe el Hermoso y cuñada de Juana la Loca por partida doble. Sigue leyendo para descubrirlo.

Margarita se casó, bueno, la casaron con el delfín de Francia, quien sería Carlos VIII de Francia. Con él disfrutó de una apacible vida dedicando su tiempo al estudio de la pintura y la música hasta que el poder se interpuso en su camino.

Primer matrimonio fallido.

Todo se truncó. La pobre Margarita no tuvo suerte con este marido (ni con ninguno), pero el primero de ellos la hizo reina de Francia. Verás, te resumo muy rápido, porque su vida bien da para una novela.

Le tocó vivir una época de guerras, conquistas y luchas territoriales. Un ejemplo de esto fue la tensión entre el ducado de Bretaña y Francia, algo que le afectaba directamente a nuestra protagonista.

El rey de Francia quería la Bretaña, pero el duque de la zona, muy valiente, le echó un órdago nada más y nada menos que a su rey declarándole la guerra. Cuidado, ¡llegó hasta una de las últimas batallas! Pero como era de esperar, el sueño se terminó y el duque fue derrotado.

¿Qué ocurrió? Que se resolvió el entuerto con el Tratado de Sablé. Los franceses sometieron al ducado a sus condiciones y una de ellas, la que afecta a nuestra Margarita, era que las hijas del duque Francisco II (el valiente que llevó a la guerra a Francia) se casarían con la aprobación del rey. Quédate con esto que es importante para Margarita.

Había llegado el momento de que su heredera (hija del duque), la princesa Ana, se desposara y le eligieron como marido a Maximiliano I. Vamos que se saltaron a la torera aquel tratado que habían firmado y eligieron al tal Maximiliano básicamente porque los franceses no lo querían. Esto escoció mucho en Francia.

A Maximiliano le importaba muy poco el tema del corazón, a él le iban las guerras.

¿Pero qué tiene que ver esto con Margarita de Austria?

Te lo cuento.

Francia asedia Rennos donde vivía la pobre Ana (la hija del duque de Bretaña) y su marido pasó de ir a defenderla porque estaba muy ocupado guerreando en Hungría y Granada.

A partir de ahora es cuando se trunca la vida de Margarita, porque su marido, el delfín de Francia, aprovechó el revuelo del asedio y la ausencia del marido de Ana para disolver su unión con Margarita. Así se quedaba libre para contraer matrimonio con Ana.

Está claro que los matrimonios tenían como único objetivo ampliar los territorios. No es que Carlos se hubiera enamorado de Ana perdidamente, no. Es que con ese matrimonio daba en las narices al ya difunto Francisco II (el duque de Bretaña que en su momento le había declarado la guerra y padre de la novia) a la vez que conseguía gratis la Bretaña.

La buena de Margarita se vio de la noche a la mañana sin marido y sin reino por lo que regresó con su padre a casa. Por poco tiempo, porque poco después volvieron a casarla con otro heredero. Esta vez el elegido fue el cuñado de su hermano, el príncipe Juan de Aragón. Este era el heredero de los Reyes Católicos.

Cualquier telenovela de hoy desearía una trama como esta.

Segundo matrimonio también fallido ya que le duró seis meses, porque se le murió el marido.

Esta vez no se marchó, sino que se quedó formando parte de la corte de su suegra, Isabel la Católica y la siguieron considerando princesa de Castilla.

Tercer matrimonio (el último).

Contra su voluntad, volvieron a casarla, esta vez con Filiberto de Saboya, pero este también se murió tres años después, pese a ser algo más joven que ella.

Filiberto tendía más al deporte, fiestas y eventos sociales que al trabajo. Poco conocía de sus labores y delegó el poder en su hermano.

A Margarita esto no le hizo ninguna gracia y tomó las riendas. Para empezar, exilió a su cuñado y se hizo ella con el poder. Convirtió su residencia en el centro político del territorio. Al hacerse cargo de las tareas de Gobierno y de los asuntos de Estado, se rodeó de secretarios y consejeros preparados que la ayudaron en estos trabajos.

Cuando se vuelve a quedar viuda, llega a un acuerdo con su cuñado para seguir gobernando ella, pues todo el mundo la quería en el ducado.

Margarita debió pensar que era un poco gafe y se negó a contraer matrimonio otra vez.

Su vida no fue lo que conocemos como un camino de rosas y la muerte se convirtió en su compañera más fiel.

Tras despedirse de manera traumática de sus dos últimos maridos, le tocó el turno a su hermano, el Hermoso.

Su sobrino Carlos, hijo de su hermano y Juana la Loca, heredaba una cantidad ingente de territorios que le resultaba imposible gobernar a él solo y con su corta edad. De ahí que necesitara gobernadores en diferentes lugares. Los Países Bajos era un territorio complicado por el desarrollo político de las últimas décadas y el abuelo del joven heredero y padre de Margarita decidió que la persona adecuada para hacerlo era su hija.

Con la muerte de Felipe el Hermoso, volvió a sufrir un cambio radical de vida. Ahora tenía un doble cometido; por un lado, se hizo cargo de sus sobrinos y por otro, ejerció la regencia de su padre y su sobrino. Este siempre contó con su tía para todas las tareas políticas.

Mujer de fuerte personalidad y gran capacidad política también destacó por ser mecenas de muchos escritores y artistas llegando a poseer una espléndida colección artística.

Como diplomática, cabe destacar que Margarita de Austria practicó una política siempre prudente del mismo modo que participó activamente en la campaña para llevar a Carlos al trono.

Su última labor y una de las más sobresalientes fue la famosa Paz de las Damas. Lo que los reyes no consiguieron en el campo de batalla a lo largo de una guerra que se prolongó durante más de diez años, lo consiguieron las mediadoras que ambos enviaron. Por parte de Carlos V fue su tía Margarita de Austria y Francisco I de Francia mandó a su madre Luisa de Saboya.

Tendemos a olvidar la historia, quizá porque nadie nos la ha contado o de haberlo hecho no consiguió que nos llegara. En el caso de las mujeres aún se han tenido menos en cuenta. Puestos a olvidar, ellas son las primeras que desaparecen de la memoria histórica.

Por eso, en este blog de historia Margarita de Austria debía tener su lugar ya que fue una mujer con un papel político de gran relevancia que no solo reinó, sino que influyó en reyes.

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