Los otros Felipes de la historia
Felipe es un nombre con tradición dentro de la monarquía española, por eso hoy vamos a conocer a los otros Felipes de la historia, los que precedieron al nuestro, a Felipe VI.
Felipe I el Hermoso (1478-1506)
Rey consorte de Castilla por su matrimonio con Juana, hija de los Reyes Católicos. De ella ya te hablé en este otro artículo.
Este Felipe no era español, nació en Brujas y perteneció a la casa real de los Habsburgo. Como era habitual, fue un matrimonio acordado. En este caso, su padre lo pactó dentro de la Liga Santa. Se unía así la monarquía española con el Imperio (Inglaterra, Portugal, Nápoles, república de Génova y ducado de Milán) contra Francia.
Por tanto, él fue el primer Habsburgo en España.
Lo de el Hermoso se lo puso Luis XII de Francia cuando se lo encontró de casualidad de camino a Castilla en la ciudad de Blois y dijo: «He aquí un hermoso príncipe». Pero claro, para temas de gustos, ya sabes que tenemos los colores.
De carácter autoritario fue preparado para las intrigas políticas y pronto se obsesionó con el trono de Castilla que, por circunstancias de la vida, heredó su mujer. El problema es que le duró muy poco, ya que falleció pocos meses después.
Felipe II el Prudente (1527-1598)
Este Felipe sí era español, nació en Valladolid, y fue hijo de Carlos I y de Isabel de Portugal.
Un hombre visionario que no quiso dejar nada que pudiera ser utilizado en su contra ¡si le hubiera tocado vivir nuestra época!
En vida se negó a que se publicaran biografías suyas y antes de morir ordenó que destruyeran su correspondencia. Se puede decir que fue un monarca muy celoso de su intimidad, o que tenía algo que esconder. Quién sabe.
Tanto pensaba cada acción que fue apodado como el Prudente.
Felipe el Prudente era un hombre reservado, hogareño, modesto, religioso y responsable que murió en el monasterio que él mismo había mandado construir, El Escorial. En este artículo te conté el mito sobre El Escorial.
Felipe III, el Piadoso (1578-1621)
Este rey madrileño hijo del II fue algo así como lo que hoy conocemos por nuevo rico en el sentido más peyorativo. Aprovecharse del trabajo de su padre era más interesante, porque lo de pensar, trabajar y servir a su país no estaba en su cabeza. A él le gustaba la caza, el teatro y la pintura. Delegó todo lo importante, esos asuntos de gobierno aburridos y correosos, en su valido el duque de Lerma, otro pieza que tampoco estaba por la labor de trabajar y confió todo lo que había recaído en él a su valido personal Rodrigo Calderón. Eso sí, el duque de Lerma fue un pionero de la corrupción.
El caso de este rey es como el de muchos otros, pues la muerte durante la infancia o juventud era algo frecuente en la época, por lo que se encontraban reinando quienes no habían nacido para esta labor.
Felipe III era el tercer hijo de Felipe II, por lo que en principio le correspondía solo vivir bien y no preocuparse ni ocuparse del trono. Claro que la muerte de sus hermanos mayores lo situó en primera línea.
Este rey tuvo un marcado carácter religioso que lo llevó a ser conocido como el Piadoso.
Felipe IV, el rey Planeta o el Grande (1605-1665)
Apodado como el Planeta nunca salió de España. Este sobrenombre tiene que ver con el astro Sol, pues es el cuarto como él. Vamos, una tontería como otra cualquiera.
¿Qué te puedo contar de este rey? Poco o mucho, depende de cómo lo mires. Su reinado fue el más largo de los Austrias (44 años), pero no destaca por mucho.
El pueblo confiaba en que volviera al modelo de Felipe II, sin embargo se quedó con las ganas. Él estaba entretenido en otros menesteres, fue un gran adicto al sexo que engendró 12 hijos legítimos y unos 60 bastardos. Comprenderás que tiempo para trabajar, poco.
Sin embargo, es el rey de las artes, tuvo la mayor colección de pintura de Europa y descubrió a uno de los pintores más representativos de nuestro país: Velázquez, a quien convirtió en el pintor de cámara.
Felipe V, el Animoso (1683-1746)
Otro rey de España que nació en fuera de la patria, este en concreto, llegó al mundo en Versalles, Francia.
Felipe V es el primero de la casa Borbón y quien mandó construir el Palacio Real, aunque nunca pudo vivir en él.
Fue conocido como el Animoso, lo que nos puede llevar a pensar que se trataba de una persona enérgica, que mostraba ánimo para trabajar por España. Pero no. No sigas por ahí, porque no es así.
Lo apodaban el Animoso por los extraños cambios de humor que tenía, puesto que padecía un trastorno bipolar. A esto hay que unir el delirio nihilista de Cotard. Sí, a veces se creía rana.
Yo no puedo dejar de imaginar al rey deseando que una bella princesa lo bese para convertirse en príncipe, bueno, en su caso en rey.
Casualmente, la fase maníaca depresiva de Felipe V explica la exagerada actividad sexual que padecía.
Y llegamos en este recorrido por los otros Felipes de la historia al nuestro, a Felipe VI, sin apodo de momento y de quien no podemos decir nada, porque aún no es historia, sino que la está escribiendo.
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