Violante de Hungría
Vivimos en un momento de empoderamiento de la mujer y marzo es nuestro mes, por eso, es relevante conocer la historia por la cara b, por la de las reinas. Hoy te hablo de Violante de Hungría.
La historia va ligada a las proezas de los hombres, por eso desconocemos que, en muchas ocasiones, la actuación femenina resultó de vital importancia como es el caso de Isabel la Católica, Juana la Loca o Margarita de Austria.
Nuevamente, nos encontramos con una gran reina olvidada: Violante de Hungría. Una reina caída en el olvido hasta hoy, porque toda esta selecta comunidad lectora la va a conocer.
Violante de Hungría fue la segunda esposa de Jaime I de Aragón el Conquistador. Viajamos al año 1234 cuando el primer matrimonio de éste con Leonor de Castilla quedó anulado por razón de parentesco.
El nuevo matrimonio, como todos, fue amañado por el papa, porque temía que Jaime I se casara con una princesa de algún país occidental poderoso que pusiera en peligro sus intereses papales.
Ya sabes que todos los matrimonios reales han sido de conveniencia hasta Felipe y Letizia. Bueno, esto es casi del todo cierto, porque el primer matrimonio del rey Alfonso XII con María de las Mercedes de Orleans también fue por amor, lo que pasa es que solo les duró seis meses porque ella murió.
Pero volvamos al tema que nos ocupa. Si era el papa quien orquestó este matrimonio, ¿qué beneficios encontraba el rey?
La pregunta qué aportaba Violante cuenta con una respuesta sobresaliente, porque la nueva reina de Aragón era pura inteligencia, ambición y energía.
Claro que lo que más se valoraba de la mujer en el momento era su fecundidad, que también la tuvo.
Lo que no nos cuentan en los libros de historia:
Violante era una mujer de fuerte carácter que le gustaba hablar con los soldados o comer con ellos. No le molestaba dormir en tiendas de campaña. Violante no era una reina palaciega.
La reina Violante solía aparecer a caballo en los campos de batalla para animar a las fuerzas cristianas, siempre apoyando a sus soldados y acompañando a la vez que aconsejando a su marido y junto a él recibió al rey moro de Valencia para firmar la rendición.
Lo más significativo de su reinado fue el papel que desempeñó en el Tratado de Almizrra (camp de Mirra). Si eres de la generación del bollicao hacia atrás, te sonará este tratado porque lo estudiamos en las clases de historia. Pero no lo hicimos bien, no, ya que nos faltó un dato esencial: la actuación de la reina.
Verás, nos enseñaron que fue un pacto de paz en el que se fijaron los límites de Valencia acordados entre el rey Jaime I de Aragón y el príncipe Alfonso de Castilla (que más tarde fue Alfonso X el Sabio y su yerno). Ay, que se olvidaron de mencionar a la reina. Qué raro, porque ella no solo estuvo presente, sino que aconsejó al rey sobre la entrega de la ciudad de Valencia, estuvo en las negociaciones y a ella se debe gran parte de las paces firmadas en este tratado.
Además de toda esta mano izquierda y de todas las cualidades necesarias para gobernar en momentos que se me asemejan en cierto modo a los que vivimos hoy, también fue una madre de la época y supo casar a sus hijos. Fueron padres de cuatro hijos y cinco hijas.
Jaime I y Violante casaron a su hija mayor, también llamada Violante, con Alfonso X el Sabio. Ella contaba con trece años mientras que su marido ya tenía veintiséis. Por tanto, fue la suegra de El Sabio.
Esta historia que hoy te cuento tuvo lugar en el siglo XIII. Por eso, me resulta curioso, llamativo, antiguo, demodé, pasado, increíble y paro porque los adjetivos serían innumerables, que nueve siglos más tarde, el mundo se vea envuelto en las mismas ideas de conquistas y reconquistas.
¿Conocías la historia de esta reina?
Si te perdiste el anterior artículo de personajes de la historia, te lo dejo por aquí.
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Gracias, porque sin ti esta aventura literaria no tendría sentido.
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Muy interesante ¿Sabes que en Cartagena, subiendo hacia Los Dolores, a la izquierda, muy cerca del Lidl, hay un edificio nuevo que se llama Edificio Violante de Hungría? Arriba lo pone
No lo sabía. La próxima vez que vaya a Cartagena lo buscaré.
Gracias por estar siempre al otro lado.